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Las embarcaciones de crucero-regata representan una combinación de los veleros de crucero, más lentos y pesados, y los de regata, más ligeros y rápidos. Están especialmente pensadas para los que quieren un barco de altas prestaciones pero al mismo tiempo estable y con un interior espacioso y confortable para navegaciones de larga distancia. Estas embarcaciones pueden tener dos o tres cabinas.

Pueden tener una eslora de 35 a 50 pies, por lo tanto son suficientemente cómodos para vivir unos días a bordo y no demasiado grandes como los barcos de regata o los cruceros. En este tipo de barco, las prioridades tienen que coexistir en un espacio relativamente pequeño: por ejemplo es importante que tengan espacio suficiente para moverse en el puente, pero no es necesario que ofrezcan todas las comodidades de un crucero, como bimini, mesas de cockpit, u otros elementos que pueden interferir con las maniobras.

La embarcación de crucero-regata ofrece una navegación rápida, compleja, pero a veces pueden sacrificar un poco de velocidad para asegurar a las velas una vida más larga y una mejor maniobrabilidad.